El chef Michael y la investigadora Susan se
conocen y se enamoran mientras se extiende por toda Europa una grave
epidemia que priva a la gente de sus percepciones sensoriales.
MI OPI: No es una película más de apocalipsis. No vamos a encontrar en ella a
ningún héroe tratando de encontrar la causa o la solución a la extraña
enfermedad que se va extendiendo por fases alrededor de todo el planeta.
De hecho, en mi opinión el apocalipsis es únicamente el modo elegido
para mostrar el verdadero tema de esta enorme película: el valor de las
cosas pequeñas y sencillas, esas cosas que nuestro modo de vida ha
llegado a hacer casi invisibles, y cuya visibilidad se recupera
precisamente conforme se pierden los sentidos. Magnífica y original
forma de presentar un tema que, lejos de parecer ñoño y melodramático,
resulta en Perfect Sense estremecedor y tan veraz, que el espectador se
vuelve capaz de experimentar lo que los personajes están viviendo como
si se hallara dentro de la película. La interpretación está a la altura. Los sentimientos exacerbados a
propósito y con un claro sentido en el guión debieron dejar agotados a
los protagonistas durante el rodaje. Si ellos hubieran fallado en esto,
la película habría perdido casi todo. Una banda sonora bellísima
redondea una película que recomiendo sin dudar.
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