La comedia americana de los ochenta tuvo
aquí su mejor y más entrañable exponente. Meg Ryan y Billy Cristal se
embarcan en una relación que les llevará por diferentes etapas a través
de los años en este encantador film sobre la amistad, la guerra de sexos
y la vida misma. La química entre los dos protagonistas no ha sido
superada por comedia conocida desde la fecha, y el famoso gag del
orgasmo ni tan siquiera es lo mejor de un brillantísimo guión de una
comedia imprescindible.
MI OPI: Todas, absolutamente todas las comedias románticas acaban igual, es por
eso que somos tantos los que odiamos con toda lógica el género, no hay
lugar para sorpresas. Sin embargo, la extraña química entre Meg Ryan y
Billy Crystal hacen de "Cuando Harry encontró a Sally" una de las
mejores excepciones que me puedo echar a la cara. La agilidad de los
diálogos y la visible atracción entre los protagonistas suponen un
reclamo constante y aunque todos sabemos cómo va acabar, por una vez no
importa. Será porque el cine, con todo lo de voyeurismo que tiene aquí,
hace que estemos expectantes por el desarrollo de la amistad entre estos
dos seres humanos...
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