Cinco años después del asesinato de una niña, cuando ya su madre parecía
haber empezado a estabilizarse, una llamada telefónica vuelve a sacudir
su existencia: "Mamá, soy yo... Ven a buscarme". Ayudada por un
periodista experto en temas de ocultismo, la madre busca
desesperadamente la aterradora verdad que ha permanecido oculta hasta el
momento: un grupo de gente que se esconde, que rechaza su propio
nombre, que conoce la ciencia empírica del mal, casas abandonadas y
aisladas que esconden secretos: una trampa de una maldad abominable.
MI OPI: La primera escena de la película me pareció magnifica. Con una atmósfera
lugubre e inquietante, en donde un detective se baja de su coche y se
dirige hacia el lugar del crimen, mientras llueve continuamente. Me
recordó un poco a Seven. Poco después, empiezan los títulos de credito. A partir de ahí, la película se viene abajo. Se desarrolla a un ritmo lento y aburrido, con un guión que, a pesar de
lo interesante e inquietante de la historia, está muy mal estructurado, y
peca de cantidad de fallos y escenas inverosimeles y poco creibles que
pueden confundir al espectador. La historia es original pero está mal
contada y se derrumba a los pocos minutos, por culpa del nefasto guión.
Además, Balagueró se empeña en introducir, cada dos por tres, escenas
inquietantes y surrealistas, con su sonido chirriante de fondo, que no
aportan nada y que no son otra cosa que un vano intento de asustar al
espectador y que éste salga de la sala de cine acojonado. ¿Realmente era
necesario introducir todas esas escenas psicodélicas y paranoicas? No
aportan nada, no asustan. Dicen que el final es espeluznante y muy bueno, a mí me parece absurdo y
predecible. Una auténtica tontería que no hay por donde cojerla.
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