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sábado, 2 de junio de 2012

ACANTILADO ROJO

En China, hacia el final de la Dinastía Han (208 d.C.) Cao Cao, el temible Primer Ministro convence al veleidoso Emperador Han de que declare la guerra a los reinos de Xu, al oeste y al este, y al reino de Wu, al sur. Su objetivo, según dice, es la unificar China por el bien del país, pero, en realidad, sus motivos son bastante más egoístas. Tras convencer al Emperador, Cao Cao lleva a su ejército de casi un millón de soldados a la guerra. Su primer objetivo es el Reino de Xu, de reciente creación, gobernado por el benevolente líder Liu Bei. Al llegar al Reino de Xu, las fuerzas de Cao Cao, superiores numéricamente, derrotan fácilmente al ejército de Liu Bei. Los ciudadanos de Xu huyen bajo la protección de las tropas de Liu Bei y de sus dos generales de mayor rango (y hermanos de sangre): Guan Yu y Zhang Fei, que se quedan atrás a riesgo de sus propias vidas para salvar a los campesinos que intentan escapar...

MI OPI: Los amantes del cine épico de batallas están de enhorabuena. Con todos sus defectos, "Acantilado Rojo" tiene algunas de las escenas más espectaculares que se han visto últimamente en el género de acción histórica. De sus largas dos horas y pico, la mayor parte consiste en sacar brillo cinematográfico al noble arte de la guerra. Pero entonces, ¿cuál es el problema? La impresión que se obtiene de esta película de John Woo es de que nada acaba de alcanzar su pleno potencial. Hay personajes interesantes, exuberantes efectos especiales, un rico tapiz político y un potente toma y daca estratégico; lo que falla es que falta trasfondo en esos personajes, los efectos vomitan píxeles por momentos, el tapiz se reduce a una simple historia de amor no correspondido y la estrategia abusa del golpe de efecto hasta el agotamiento. No quiero decir con esto que "Acantilado Rojo" sea una mala película o una película que no merezca ser vista. Hay escenas muy potentes, es entretenida y los actores, en especial Tony Leung y el guapísimo Takeshi Kaneshiro (que por suerte para las chicas chupa mucha cámara) cumplen a la perfección con sus roles. Pero es mejor no verla con grandes expectativas, porque a pesar de que se intenta dar cierto corazón a lo que se está narrando, lo que tenemos ante nuestros ojos no es tanto una película como una partida gigantesca y dramatizada del Age of Empires. Eso sí, la partida más cara que se haya jugado nunca.

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