
MI OPI: Con incuestionable inteligencia y talento, Asghar Farhadi vuelve a sombrar a la cinefilia internacional tras la igualmente magistral "A propósito de Elly". Lo hace narrando una historia que comienza presentando el inminente divorcio de un matrimonio cuya hija sufre las consecuencias del desdén mutuo de sus progenitores, para continuar añadiendo a la trama un incidente que provoca la chispa que producirá un fuego de dimensiones considerables en la vida de los principales personajes.Farhadi nos transmite la tensión y las dramáticas vicisitudes de los dos matrimonios involucrados en el progresivo enrarecimiento de los acontecimientos con incuestionable habilidad y talento, sin caer en maniqueísmos que harían perder credibilidad y lucidez a su propuesta, y presentando a unos personajes que ni son buenos ni malos, que tienen, todos, sus razones y sus debilidades, y que mienten u ocultan cosas (como todo el mundo) para protegerse. Los actores, como ya ocurriera en su anterior pelicula, dan un recital asombroso de naturalidad y verismo. No hay ninguno que esté desubicado o transmita inseguridad o la sensación de estar actuando, de manera que asistimos con ellos al milagro de tener la impresión de que lo que sucede ante nuestros ojos es algo que estamos presenciando realmente, una situación conflictiva y difícil de la vida misma, tal es el nivel de credibilidad y humanidad, sin imposturas, de los personajes que encarnan. Y tal el talento y la sabiduría cinematográfica con que está narrada y desarrollada la que es fácilmente una de las mejores películas del año.
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