Después de varios meses de internamiento en una clínica psiquiátrica, a raíz de un violento e inesperado brote psicótico, los médicos dan de alta a Luis. Beatriz, su mujer, experimenta sentimientos contrapuestos: por un lado, la alegría de recuperar a quien ha sido su pareja durante 25 años, la persona con la que ha compartido tantos proyectos; pero, por otro, la inquietud que le produce no saber si seguirá siendo el mismo de antes o si, por el contrario, aquel oscuro episodio volverá a repetirse.
MI OPI: Tanto el director como los actores y la temática me resultaron más que atrayentes. El principio del film, antes de que empiecen los títulos, es promisorio, con buenos planos y mucha ironía en la descripción del caso. Después, todo pasa por una serie de miradas, un gato que desaparece, escenas que parecen estar "de relleno" (como la reunión con los alumnos, la presencia de hija y yerno quechua, el video del hijo desde Montana) y un final tan previsible como injustificado, poco original e innecesario. En ningún momento se explotan la calidad de los intérpretes, la filmación ni la música, ni tampoco se aprovechan las potencialidades de la temática, la rivalidad académica o las relaciones familiares y de pareja frente a la amenaza de la locura. En resumen, me resultó una decepción y un desperdicio. El guión no daba más que para un corto, y sin embargo, intentaron estirar el film hasta los recomendables (y comerciales) 90 minutos. Lo mejor:la actuación de Luis Luque y sobretodo de Beatriz Spelzini que hubieran merecido otra película. El final es de una obviedad increíble. Volví a verla para ver si se me había escapado algún detalle pero nada. Por lo menos le hubieran buscado una vuelta de tuerca para hacer la cinta más interesante.
MI OPI: Tanto el director como los actores y la temática me resultaron más que atrayentes. El principio del film, antes de que empiecen los títulos, es promisorio, con buenos planos y mucha ironía en la descripción del caso. Después, todo pasa por una serie de miradas, un gato que desaparece, escenas que parecen estar "de relleno" (como la reunión con los alumnos, la presencia de hija y yerno quechua, el video del hijo desde Montana) y un final tan previsible como injustificado, poco original e innecesario. En ningún momento se explotan la calidad de los intérpretes, la filmación ni la música, ni tampoco se aprovechan las potencialidades de la temática, la rivalidad académica o las relaciones familiares y de pareja frente a la amenaza de la locura. En resumen, me resultó una decepción y un desperdicio. El guión no daba más que para un corto, y sin embargo, intentaron estirar el film hasta los recomendables (y comerciales) 90 minutos. Lo mejor:la actuación de Luis Luque y sobretodo de Beatriz Spelzini que hubieran merecido otra película. El final es de una obviedad increíble. Volví a verla para ver si se me había escapado algún detalle pero nada. Por lo menos le hubieran buscado una vuelta de tuerca para hacer la cinta más interesante.
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