Merrin Williams ha muerto en extrañas circunstancias, y su
novio, Ignatius 'Ig' Perrish, es el único
sospechoso. En el primer aniversario de la muerte de Merrin, Ig se pasa
la noche borracho y haciendo cosas espantosas. Cuando se despierta,
tiene una resaca tremenda… y cuernos que le están naciendo en la cabeza.
Ig posee un nuevo poder macabro que intenta usar para descubrir al
monstruo que mató a su amor. Ser bueno y rezar no lo llevó a ningún
sitio. Ahora llegó el momento de la venganza.
MI OPI: Horns empieza con fuerza, con mucha fuerza. El protagonista, Ig Perrish,
interpretado por Daniel Radcliffe, es un personaje atormentado por el
asesinato de su novia, del que se convierte en el principal
sospechoso. Después de tan nefasto acontecimiento, empieza a sufrir una
transformación. ¿Por qué? No lo sabemos, pero en este punto de la
película lo cierto es que no importa, y aceptamos el juego. A Radcliffe no solo le salen cuernos, sino que empieza a crear efectos
extraños en la gente de su alrededor, que parecen dar rienda suelta a
sus deseos más oscuros, lo que crea unas situaciones cómicas muy
divertidas y acertadas en mi opinión. Sin embargo, el desarrollo de la trama no está bien logrado ni mucho
menos bien resuelto. A la vez que se profundiza en el argumento, vemos
cómo el tono de comedia va dando paso a la severidad y la tragedia, y a
partir de aquí la película empieza a perder fuelle. Me ha parecido absurda, divertida, a ratos interesante, otros
entretenida, pero siempre he tenido la sensación de que era tan retorcida
como los cuernos que le salen su protagonista.
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