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martes, 14 de octubre de 2014

EL HOMBRE DE ARENA


Finales de los años 60. El Hospital Psiquiátrico de Extremadura, que alberga a enfermos, borrachos y vagabundos sin distinción, sucumbe a los métodos y la desidia de su director. Sin embargo, el ingreso de Mateo , un idealista trotamundos más cercano a la genialidad que a la locura, supone un cambio completo en la rutina del centro. Su rebeldía y su instinto protector hacen que Lola, una joven y guapísima reclusa maltratada desde niña, se sienta atraída por él. Además se gana el respeto de Carmen, una doctora que verá en él un apoyo a sus intenciones reformistas. 

MI OPI:  El psiquiátrico convertido en metáfora de la ausencia de libertad, y por extensión, de las barreras mentales que limitan al espíritu humano. La película , más que retratar la historia de amor entre los dos internos, trata de enseñarnos las relaciones de lealtad entre los internos y como los "cuidadores" del centro (con excepción del personaje de la doctora interpretado por Irene Visedo) los humillan y vejan. Una historia de personas que seguramente ya en su época fueron olvidados. 


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