Cuenta, en clave de falso documental, la aventura de Carmina Barrios
(madre del director Paco León), que después de sufrir varios robos
inventa una manera de recuperar los 80 jamones que les han robado para
que su familia pueda seguir adelante.
MI OPI: Paco León demuestra ser un tipo bastante inteligente al construir una
ficción con toques documentales o una realidad ficcionada, o como lo
quieran llamar, sobre su madre, Carmina Barrios, y encuentra un difícil
equilibrio no sólo entre lo real y lo falso sino también entre comedia y
drama y, muy especialmente, entre lo zafio y lo sutil. Al contrario que
otros consigue dar con el punto en el que ambos extremos están
justificados, incluso si aparece una escena aparentemente grosera y
gratuita. Lo mejor que se puede decir del filme es que el director/actor consiga
que nos caiga bien e incluso que nos identifiquemos con el retrato que
hace de su madre aunque no tengamos nada que ver con ella . Tan escatológica y natural como comer con las manos. 'La vida es tan
bonita que parece de verdad', dice el marido de Carmina. De igual forma,
Carmina o revienta a ratos parece una película de verdad... sin serlo.
Con humor y con olor. Un coctel de diseño con forma de gazpacho casero.
Una delicatessen para gourmets que en verdad es una tapa de pan con
chistorra. Una reconversión de lo 'cañí' en 'fashion'. Tan verdadera
como las miles de Carminas que habitan esta parte del mediterráneo desde
Huelva hasta los Pirineos. Le falta consistencia como película en el
sentido estricto de la palabra, pero su alma es tan popular y pueblerina
que nadie le quita la banda de rareza del año del cine español y
posible experimento de culto.
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