
MI OPI: Quizás no sea una gran película, y más si la evalúas desde el alto listón que dejó la novela de Dulce Chacón. Pero es una pelicula emocionante, conmovedora, que llega hasta muy adentro y que por lo tanto es 100 por 100 creíble, entre otras cosas porque es una ficción que no es ficción repleta de imagenes y sucesos que nuestros abuelos en alguna ocasión nos han contado. Y si es capaz de todo ello es porque es una buena película. Mucha culpa de todo ello la tienen Inma Cuesta y la genial Maria León, que en su papel de Pepita derrocha humanidad, espontaneidad, transmite con todas la partes de su cuerpo e incluso es capaz de sacarte más de una sonrisa en una atmosfera tan triste. Sin duda una interpretación difícil de olvidar y por la que merece ya la pena pagar la entrada.
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