
MI OPI: La voz madura de un hombre nos introduce en el relato. Nos invita a conocer la historia sucedida en su juventud mientras ejercía como profesor en un pueblo con fuertes raíces religiosas del norte de Alemania. Su voz bien podría tratarse del testamento vivo sobre el Mal que aparece desde el primer plano en el que vemos el accidente del Doctor mientras regresa a la finca con su caballo. Un Mal que no dejará de estar presente durante todo el metraje de la película. Un blanco y negro de los de verdad, no de los de color desteñido, nos envuelve en un ambiente de opresión, asfixia y claustrofobia unos meses antes del estallido de La Primera Guerra Mundial. El resultado es una película adulta, sólida, elegante, cruda, y que se da el lujo de prescindir de banda sonora.
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