
MI OPI: “El erizo” cuenta con talento y originalidad la historia de una inteligentísima y muy creativa niña perteneciente a una familia burguesa parisina, quien establece amistad con la portera de su edificio y con un maduro y educadísimo japonés recién llegado al inmueble. Es extraordinario el tratamiento que hace su directora de estos tres estupendos personajes, destacando especialmente el que da título a la película: una portera aparentemente vulgar debido a sus numerosas púas -su descuidado aspecto, su fealdad o su actitud arisca-, que encierra dentro de sí a una persona extraordinariamente cultivada e intelectualmente en las antípodas de lo que las etiquetas sociales colocan a su profesión. Un erizo, efectivamente.
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