
MI OPI: Esta es una película árida que sabe transmitir la desazón, la sensualidad y la verdad de una generación sentimentalmente desahuciada. Los tres actores principales consiguen hacer creíble y coherente su progresiva degradación, brillante el trabajo de Tristán Ulloa, pero sobre todo de Guillermo Toledo. No sé si el mensaje que intenta transmitirnos el director es el de mostrar el desencanto de unos personajes que representan a toda una generación, o simplemente advertirnos de que el abuso de drogas y alcohol no conduce a nada bueno, pero el caso es que el resultado final de la película parece actuar de metáfora involuntaria de la vida de Manuel, Ana y Julio. Está tan vacía de contenido como su existencia.
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