
MI OPI: Retrato en sepia de una familia cualquiera con una historia cualquiera, pero común. Verdadero mapa de los sonidos de Tokyo, pero también de las emociones contenidas, de la comunicación escueta y de la sociedad auto-opresora. Lo mejor es su dirección, precisa, sosegada, capturando sólo lo imprescindible para hacer la historia comprensible al espectador. Rodada con escasez de medios pero con grandes dosis de buen hacer por parte de Kiyoshi Kurosawa. Para todos los amantes de un cine directo y sin trampas, que es capaz de mostrarnos la sordidez humana, pero dejando siempre la puerta abierta a la esperanza.
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