
MI OPI: Un relato que se mueve entre el realismo descarnado y la ingenuidad del cuento de hadas, provocando sensaciones contradictorias, pasa de la absoluta ñoñez a tocar temas duros y triste de la realidad de nuestros días. La explotación infantil, así como la pérdida de la inocencia y el desamparo de una niña perdida en una caótica y peligrosa urbe, es un frente en el que se puede construir un discurso atractivo a la vez que crítico. Pero la película no persigue estos objetivos. La única licencia que se permite al respecto es un vergonzoso medio minuto en el que se nos muestran a unos cuantos chavales presuntamente sin nadie que cuide de ellos.
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