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miércoles, 4 de febrero de 2015

MARSELLA


Una madre biológica, Sara, y una madre de acogida, Virginia, comparten a una niña de nueve años, Claire. A consecuencia de sus problemas con el alcohol y las drogas, la Justicia le retiró a Sara la custodia de su hija cuando esta tenía cuatro años. La niña fue dada en acogida a Virginia y Alberto, a los que Claire considera sus padres desde entonces. Todo cambia cuando, cinco años después, un juez decide devolver la niña a Sara, que ha logrado rehacer su vida y tiene un trabajo estable. Aprovechando que es verano, Sara y Claire emprenden un viaje hacia Marsella en busca del padre biológico de la niña.

MI OPI: Marsella es un road movie español que nace en el barrio de Usera de Madrid y culmina en la mediterránea ciudad francesa que le da título, haciendo parada trascendente en la fronteriza La Jonquera.
Siguiendo las convenciones del género, el personaje principal se enfrenta a su realidad y sufre un proceso de transformación y crecimiento en el transcurso del viaje, después del cual todo será diferente.
La cuestión que causa el conflicto es la diferente visión que han de experimentar la madre de acogida y la madre biológica que perdió la custodia de una niña protagonizada por Noa Fontanals. Una precoz artista que a sus once años también interpreta parte de la banda sonora del film. Junto al choque afectivo sufrido por madres e hija, el argumento contrapone la diferente escala social de procedencia de cada una de ellas, componiendo un contexto bastante interesante. Es destacable que la cinta logra atrapar en muy pocas líneas el ambiente urbano de Usera, así como el fronterizo de La Jonquera. Por su parte, la actuación como secundarios de dos grandes como Manuel Morón y Eduard Fernández dota a sus personajes de esa hondura que hace creíble un relato. Entre los puntos menos positivos del film, se echa de menos algún sentido de la trasgresión propio del género de carretera, el cual se encuentra ausente. Asimismo, no se termina de comprender que los personajes principales, Goya Toledo y María León, se empeñen en permanecer juntas salvo por exigencias del guión. Y ello habría de haber sido explicado a partir de alguna afinidad que surgiera entre ellas o de algún rasgo de carácter que resolviera la cuestión. Ello quiere decir que no estamos ante una película redonda, pero sí a ante un buen film, que protagoniza muy bien María León y que plantea un problema social que existe en nuestro medio. Lo hace con la intención inicial de no tomar partido (otra cosa es que mantenga dicho empeño hasta el final) y abre la puerta a un debate enriquecedor.

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