Trish está divorciada de su marido Bill, encarcelado por pedofilia, y está a punto de volver a casarse con Harvey, que será un padre “normal” para sus dos hijos. Cuando Bill sale de la cárcel y los chicos conocen a su futuro padrastro, la familia deberá decidir entre el perdón y el olvido. La hermana de Trish, la virginal y angelical Joy, huye de los fantasmas de antiguos amantes. Alejada de su degenerado marido Allen y de su trabajo en un correccional de Nueva Jersey, deja un rastro de escándalos a su paso. En definitiva todos luchan por encontrar un lugar en este mundo voluble e impredecible, siempre con las sombras del pasado infectando el presente y el futuro de sus vidas, que atraviesan momentos complicados. No en vano, estamos en tiempos de guerra.MI OPI: “La vida en tiempos de guerra” no es más que una sucesión de diálogos interminables de escaso interés que en su mayoría rozan lo absurdo y a los que se hace francamente difícil encontrarles un atisbo de gracia. El aburrimiento total. Algún diálogo que pretende ser original y medio provocador, pero que se queda en mitad de las dos pretensiones y poca cosa más. Ni logra arrancar media carcajada ni consigue conmocionar en ningún momento, pues los personajes están tan caricaturizados que lo único que provocan es, primero estupor y más tarde bostezos.
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