
MI OPI: Estamos en algún lugar de Los Ángeles. Stephen Dorff reside en un hotel impersonal y frío. Asiste a fiestas, borracho perdido. Conduce un Ferrari. Dos putas de lujo bailan para él. Tiene una hija, aunque no sabe muy bien lo que es ser padre. El marketing lo lleva directo a ruedas de prensa, promoción de películas. Satisface sus necesidades fisiológicas con más fulanas. Tiene viajes a Italia, con premios y filomatic. Juega a ser padre. Finalmente, Stephen Dorff se da cuenta de que su vida es una mierda. Y sigue en algún lugar de Los Ángeles...Así para quienes busquen una cinta excitante y dinámica nunca la encontrarán, pues la película se desarrolla sin ninguna prisa e inclusive tomándose demasiado tiempo mostrando planos estáticos donde no pasa gran cosa.
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