
MI OPI: Lo mejor de The Housemaid está, precisamente, en sus detalles más oscuros. Ya en su escena de apertura la película nos sitúa en un terreno de latente tensión y aparente normalidad. Más tarde la sirvienta del título pasa a ser una realidad y la película vira al cuento infantil con telarañas, insertando una relación de poder, posesión y arrebato sexual que funciona sobre todo a nivel visual: los cuerpos de los protagonistas durante el acto amoroso, juntándose y separándose, dejando una capa fina de sudor, jugando a crear una belleza tenebrosa, nunca explícita; o los largos barridos visuales que escudriñan la casa, elemento clave y protagonista omnipresente, generador de terror. La lástima es que a la premisa un tanto obvia de la trama se le añade un interés por el culebrón amoroso que viene a desperdiciar gran parte de la segunda mitad de la película. Al final todo resulta un tanto impostado y la historia de despechos femeninos, hijos bastardos y suegras posesivas no se aleja demasiado de un serial por entregas con los ojos rasgados. El final de la peli me pareció bastante absurdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario