
MI OPI: Celos, locura, secuestro, tortura, humillación, castigo. Esto es todo lo que podemos ver en Que fue de Baby Jane. La película se rodea de un ambiente claustrofóbico, tétrico que sirve cómo telón de fondo para mostrar la decadencia de dos seres humanos. Dos personas arrastradas desde su infancia por el odio mutuo, un odio que son incapaces de aceptar y que cuando el éxito acaba les explota en la cara y las convierte en dos muñecos esperpénticos. Pocas veces la locura ha sido tan elocuente en un rostro estragado como el de Bette Davis en este terrorífico drama que sortea cualquier convención de género y ofrece, entre otras bondades, un desarrollo completamente atípico, unos personajes turbios, que rehúyen la simpatía del espectador, dos interpretaciones fuera de serie y un final tan inesperado como perturbador. Acojonante la fotografía feísta que ofrece brutales contrastes entre la luz y las sombras y no muestra piedad para la decadencia física de ambas actrices e igualmente asombrosos los recitales dementes de la Davis en un registro de mala pécora que casi casi supera a ese magistral zorrón de "La loba".
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