
MI OPI: Gary Oldman, está que se sale en esta película en cuanto a sex-appeal. Aún con el físico destartalado de este actor, más propio de clase obrera en plena Revolución Industrial que de un galán de cine, la verdad es que Oldman se las arregla para traspasar la pantalla y dar el pego de ídolo romántico : respira sensualidad y sexualidad por cada uno de sus poros a lo largo de toda la película. Todo esto acompañado por Demi Moore, una falsa puritana, más caliente que una cacerola sobre el fuego, que pareciera que está durante toda la película con unas ganas locas de quitarse ese corsé que tanto la aprieta y cantar con un secador de mano delante del espejo como en la escena de esa película suya infumable "Strip-tease". Reuniendo todo esto junto, sale una película correcta en cuanto a ambientación de época, muy libre en cuanto a la adaptación del libro y, sobre todo, hecha como vehículo de lucimiento para sus dos estrellas, en plena madurez de su atractivo sexual. Interesante para pasar una tarde.
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