
MI OPI: Chang-dong narra durante más de dos horas el periplo de Shing-ae por su vida, alguien que cambia de un modo shakespeariano de expresión y espíritu, en una búsqueda aparentemente infructuosa pero que, gracias a un desarrollo formal inteligente y preciso, consigue revelar no sólo los recursos formales del director sino también los signos preconcebidos del espectador. Es uno de esos dramas potentes, conmovedores, profundos, creados desde la originalidad y la sencillez de quien tiene materia suficiente entre manos como para crear algo grande que lleve al espectador a revolverse en la butaca. Lee Chang-Dong además, aporta un temple y una serenidad a cada escena, una sobriedad en la composición exquisita abrazando en sus imágenes grandes dósis de humanidad que son finalmente las que enganchan en sus 2 horas y 20 minutos de auténtico sufrimiento emocional. Es digno de mención el personaje protagonista Jeon Do-Yeon, una actuación impresionante.
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