En una Canadá ficticia, se aprueba una ley que permite que los padres
incapaces de controlar a sus hijos problemáticos les internen en un
centro especial. Sin embargo, Diane "Die" Despres, una madre viuda con
carácter, decide educar ella misma a su hijo adolescente Steve, que
padece ADHD y que puede llegar a resultar violento. Kyla, la vecina de
enfrente de su casa, le ofrece su ayuda a Die. La relación entre los
tres se hará cada vez más estrecha, surgiendo preguntas sobre el
misterio de su vida.
MI OPI: Xavier Dolan se ha hecho mayor. Filmada en 4:3, un recurso estético que puede parecer caprichoso pero
que adquiere sentido a medida que progresa la película, Dolan construye
la relación entre un hijo prolemático, su madre (la "mommy" del título) y
la vecina de ambos, una maestra en pleno año sabático con problemas
para comunicarse oralmente. El trabajo con el texto es extraordinario,
eso por descontado, no vemos a personajes; sí a personas. Dolan desnuda a
sus criaturas frente a nosotros con un estilo, ya sí, propio y
reconocible. Esta hipnótica cinta no explica nada, sino que expone, deja al
espectador libre para que ate cabos y haga asociaciones y conexiones,
reconstruya pasados, busque y escarbe bajo su superficie tersa llena de
aristas la complejidad del devenir de personas desafortunadas, caóticas,
imprevisibles y afligidas. No sienta cátedra ni siembra certezas, sólo
abre heridas y plantea interrogantes de difícil y nada unívoca
resolución. Deja todo abierto al debate, a la duda, a la exploración.
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