Alemania, 1912, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Un joven
licenciado de origen humilde se convierte en secretario y persona de
confianza de un rico empresario del acero. El joven visita con
frecuencia la casa de su jefe y allí conoce a su esposa, una mujer bella
y reservada mucho más joven que su marido. Entre ellos surgirá una
relación pasional tan secreta como platónica, pues él no se atreve a
revelar sus sentimientos por temor a perder su trabajo.
MI OPI: Cuando el joven Friedrich Zeitz, de carácter humilde, austero y
trabajador, recibe la propuesta de trabajar directamente para Karl
Hoffmeister, jefe de una importante fábrica de acero, probablemente se
imagina que ese será el techo al que puede aspirar en su vida. Pero tal
ambición queda pronto superada cuando conoce a Lotte, la mujer del
mencionado empresario, de tez bella e interesada en las artes; una dama
de la cual es complicado no enamorarse. Basada en la novela Viaje al
pasado, del mítico escritor alemán Stephan Zweig. Amor contenido y comedido, que nos recordará en algunos pasajes a la
brillante Lo que queda del día, es lo que nos muestra esta película
francesa a lo largo de noventa minutos rebosantes de una incertidumbre
que puede atrapar de forma vehemente al espectador, o agotarle de tanto
esperar algo relevante. La dulzura e inocencia de su pareja protagonista
son los factores esenciales que sirven para que conectemos con una
tierna y sencilla historia sin pretensiones que no hurga en el
sentimentalismo. Ciertos recursos de cámara descolocan en varias
escenas, pero no enturbian una película agradable que por desgracia
llega con mucho retraso a nuestro país.
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