Año 1943. En plena Segunda Guerra Mundial, un asesino en serie aparece
dentro de la División Azul, cuerpo de soldados españoles voluntarios que
combatieron en el frente ruso junto a las tropas alemanas. Tras el
hallazgo del cadáver de un soldado español que ha sido degollado y
presenta en el hombro una inscripción grabada a cuchillo ("Mira que te
mira Dios"), se abre una investigación de la que se encarga el soldado
Arturo Andrade, que asume la tarea con rigor y
profesionalidad y cuenta con la ayuda del Sargento Estrada. Ambos empiezan a sospechar que detrás de este asesinato se
ocultan oscuros secretos del pasado.
MI OPI: El tema tiene potencial, algo que debemos probablemente a la novela (que no he leído). Los actores tienen algunos buenos momentos, los personajes, en algunos momentos puntuale. Hay una o dos, puede que hasta tres secuencias durante las cuales uno
logra olvidarse de que está en una peli, pero son una verdadera excepción. En esta película no queda reflejada en absoluto la valentía o entrega de
esos españoles que lucharon por lo que creían y no dudaron en dar su
vida para aferrarse a sus convicciones, que no discuto si eran
acertadas, radicales o difusas por el tiempo en el que se desarrollaban.
Y si ese reflejo no se ve contrastado aquí es porque la realización
escoge una línea argumental que puede considerarse como estúpida: en
pleno frente ruso, con los cadáveres contándose por centenares, la
máxima preocupación de una división es la de encontrar al culpable de un
par de asesinatos. Además, emplea un tiempo considerable en escenas que
se convierten en repetitivas por el abuso de su ejecución. La película
entretiene, gusta Carmelo Gómez sobre todas las cosas, grandes minutos
los pocos que tiene Francesc Orella, tiene una gran fotografía, está
rodada en un inmejorable enclave, pero no llena, no aporta. Una vez
terminada, se olvida, se evapora.
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