Alice es una farmacéutica obsesionada con Woody Allen, soltera
y con una familia disfuncional empeñada en buscarle un novio a toda
costa. Víctor es el encargado de una empresa de seguridad que instala
una alarma en la farmacia de Alice.
MI OPI: Estamos ante una película amable que al finalizar nos deja la grata sensación de haber pasado un rato divertido en
compañía de unos singulares personajes. El filme avanza sin pretensiones, con un aire
naif y desenfadado que cuenta, como colofón final, con una colaboración
sorpresa de lujo. Y lo cierto es que los galos son únicos cuando de comedias románticas se trata, la
distinción de su acento, su forma de vestir, elegante pero a la vez
natural, sin llegar a resultar recargado, su desenvoltura a la hora de
manejar los diálogos que, aunque basados en clichés del género, están
dotados de un humor sofisticado del que es difícil cansarse, consiguen
hacer de la cinta el acompañamiento perfecto para una botella de vino,
dos copas y alguien con quien beberlo. Alice Taglione es una especie de personificación de amelie que quiere hacer el bien a su alrededor con el cine de Woody Allen y Patrick Bruel está muy simpático en su papel de hombre que ya está de vuelta de todo, pero con el encanto vivo de un crío pequeño.
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