Un taxi recorre las vibrantes y coloridas calles de Teherán. Pasajeros
muy diversos entran en el taxi y expresan abiertamente su opinión
mientras charlan con el conductor, que no es otro que el director del
film, Jafar Panahi. Su cámara, colocada en el salpicadero del vehículo,
captura el espíritu de la sociedad iraní a través de este viaje.
MI OPI: Se necesita mucho ingenio para seguir haciendo cine cuando te lo han prohibido. En primer lugar, juega con la confusión del espectador, que no sabe si
lo que está viendo nace de un guión o si es algo espontáneo e
improvisado y si la gente que participa en la película son actores o son
gente de a pie. Conforme avanza, empezamos a ser conscientes de que
todo está perfectamente planificado y orquestado por Panahi, y empieza a
entreverse la crítica al
régimen y el magnífico retrato de los problemas de la sociedad. Taxi Teheran es un film preparado, amparado bajo el falso documental,
pero todos los pasajeros dicen o cuentan cosas de gran valor, por ello
hay que tenerlos en cuenta, porque todos son testimonios de los
pensamientos de miles de ciudadanos que no se atreven a hablar, pero
están en el corazón de ese director.
No hay comentarios:
Publicar un comentario