Katja e Isabella deciden tener un niño. Sin embargo, al igual que muchas
parejas de lesbianas, pronto descubren que esto es mucho más difícil de
lo que imaginaron. Citando razones legales, la mayoría de los bancos de
esperma y clínicas de fertilidad se niegan a tratarlas.
MI OPI: La directora se recrea en la cacería de una de las madres por localizar
una clínica de reproducción, más adelante lo cambiarán por un donante
concreto, escenificando de esta manera la dualidad contradictoria de un
sistema profundamente sodomizado a la burocracia. Tardes enteras de
llamadas, consultas, preguntas y demás retahíla informativa nunca
explicada, pues las personas que intentan aconsejar a las chicas tampoco
conocen la realidad normativa del asunto. Hay provincias donde si
podrían adoptar, mientras que en otras lo tienen prohibido, de ahí la
espiral de caos en la que se convierte su día a día. La película habla
sin contemplaciones de lo abrumador que resulta construir una familia
para una pareja homosexual. La apabullante cantidad de información
desconocida, unida a condiciones y marcos legales cambiantes deshacen
continuamente el camino recorrido, provocando la desesperación.
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