Jon, un joven aspirante a músico, se une a un grupo
de excéntricos músicos pop liderado por el enigmático Frank y su neurótica compañera Clara.
MI OPI: Frank es un genio musical, una especie de Mozart moderno, capaz de
revelar la conexión expresiva subyacente en cada detalle del mundo que
nos rodea y de hacerla hablar a través de notas musicales (los flecos de
una alfombra deshilachada o las paredes grasientas y los baños
malolientes de un bar). Es casi directamente un sacrilegio corromper la
magia que emana de un artista de tal naturaleza introduciendo en su
particular cosmos creativo la variable de la mediocridad y la
banalización. Y esa es exactamente la tarea que emprende con mucho
entusiasmo el joven ¿músico? al que la banda de Frank (nombre
impronunciable) tiene la desgracia de fichar de forma fortuita y por lo
mismo irresponsable como teclista, y con quien comienza la historia
que narra esta película. Si todo ésto lo trasladas a la pantalla con actores contrastados como
Maggie Gyllenhall, Domhnall Gleeson o el mismo Michael Fassbender, y
además aciertas con la fotografía, la música, y te consigues llevar a la
gente a tu terreno, te sale una película de casi diez. Y es que es una
pena que en algún momento la película pierda algo de fuelle, y que
quizás su música sea tan indescriptible que hasta pueda chirriarte en
los oidos.
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