Lucía y Manuel están casados, tienen un hijo y les cuesta encontrar
deseos en común. Creen compartir un sueño: la construcción de una casa
con jardín fuera de la ciudad. Venden su apartamento y se instalan en el
de la madre de Lucía a la espera de que la obra avance. Pero Manuel
huye y se refugia en el hogar de sus padres donde se siente aliviado.
Aunque no quieran admitirlo, Lucía y Manuel comienzan a vivir separados y
también se distancian emocionalmente. Edificar un lugar donde
reencontrarse parece difícil, descubrir lo qué han derrumbado, también.
MI OPI: Lo mejor de Aire libre reside en su descripción del desencanto: en todos
los planos suceden varias acciones a la vez, se amontonan varias
conversaciones al mismo tiempo y el espectador se ve obligado a
contemplar las escenas del film como lienzos caóticos en los que no se
vislumbra nada pero que al mismo tiempo encierran el drama de los
protagonistas. Aire libre, por todo ello, tiene el efecto de una
experiencia claustrofóbica y consigue que sintamos en nuestras carnes el
desasosiego, la presión y el estrés de los personajes de Sbaraglia y
Cid. Sensaciones, claro está, que distan de ser agradables y que pueden
crispar los ánimos de la audiencia. Pero ello no deja de corroborar la
eficacia de la propuesta, su condición de cuento familiar repleto de
veneno que deja al espectador sin oxígeno y sin asideros.
1 comentario:
As relações a dois são difíces. O que, no princípio, ´´e apenas carinhos, com o passar do tempo passa a ser 'quase aversão'. Será talvez o cansaço d'uma relação que se tornou fastidiosa.
Felicidades
MANUEL
Publicar un comentario