Londres, años 50. En una sociedad puritana e intolerante, Hester Collyer, la mujer de un juez del Tribunal Supremo, y un apuesto expiloto de la RAF viven un amor
imposible.
MI OPI: Absolutamente teatral en su puesta en escena, la película se vale de dos
factores de peso para la narración, por un lado una estupendísima
fotografía de Florian Hoffmeister, que con unas iluminaciones que rozan
lo onírico y resultan altamente creativas, pinta emociones en este
retrato de pasiones encontradas. Por otro lado, tenemos las
interpretaciones del trío protagonista, majestuosa para algunos,
extremadamente fría para otros, entre los que me incluyo. Si bien las
formas son elegantes, la contención en la puesta en escena de los
actores dota a sus personajes de un aspecto gélido que encuentro
antagónico con lo arrebatado de la historia que pretende contarnos, con
lo que, para aquellos que no disfrutamos de estas interpretaciones, la
pérdida de verosimilitud es devastadora y mella la valoración final de
la película. En conclusión, estamos ante un producto indiscutiblemente elegante, y de
muy cuidadas formas, aunque frío, demasiado frío. Prescindible.
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