Tras perder a su madre Lucía, la joven Alejandra se muda
junto con su padre Roberto, depresivo por la pérdida de
su esposa, desde la costera Puerto Vallarta hasta la capital México
D.F., intentando cambiar de vida en otro sitio lejano. En la capital
ella es nueva en su colegio, donde pronto comienza a tener problemas. El
padre tiene un nuevo trabajo. Pero empezar de nuevo siempre es
complicado cuando se ha dejado tanto atrás.
MI OPI: Rodada con un ritmo deliberadamente pausado, que si bien puede
resultar un tanto cansino, dota igualmente las escenas de un
hiperrealismo que hace del espectador un voyeur espiando las escenas
cotidianas, sus intentos de no hundirse frente a la
desgracia y cómo todo a su alrededor parece desear ahogarlos en ella. Pero esa calma (excesiva) , ese silencio que invade los primeros dos
tercios del film se quiebra cuando el acoso y la violencia hacen acto de
presencia en sus vidas. Sin perder la cualidad voyeur, las escenas
rodadas en largos planos fijos, la acción se vuelve salvaje y se clava
en las entrañas del indignado espectador sacándole de cualquier sopor
del que pudiera haber sido víctima tras la tranquilidad anterior
mostrada en pantalla. Un film pequeño, pero un gran grito realizado con originalidad que nos
recuerda cómo los mayores villanos se hallan en los entornos más
cercanos, y cómo la crueldad en la juventud puede alcanzar extremos
insospechados.
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