En un campo de refugiados palestino de Cisjordania, Chloé, una joven
canadiense, cuida a mujeres embarazadas. Su relación con personas que se
hallan a ambos lados de los muros y puntos de control del campo, hará
cambiar sus creencias y convicciones.
MI OPI: Interesante película que aborda el conflicto palestino-israelí desde la
óptica de una persona ajena a él. Ajena en principio, porque lo que
viene a decir su directora es que es imposible convivir en medio de los
dos bandos sin acabar implicándose de una manera u otra en una guerra
que hace de la realidad cotidiana una tensión permanente. Para ello
cuenta con un guión bien elaborado y unas actuaciones convincentes
(destacar en este apartado el trabajo de Evelyne Brochu, un inspirado
catálogo de expresividad y matices) que acercan al espectador a la
primera linea de fuego. Ponerle rostro al anonimato de las víctimas, dar
cara y nombres a las noticias que nos hemos acostumbrado a ver en los
informativos, humanizar en una palabra la eterna disputa entre árabes y
judíos. Quizás algo más de riesgo le hubiera sentado mejor a todo el conjunto,
aunque es indudable que Barbeau-Lavalette sabe sacar partido a los
elementos con los que cuenta. Conoce el terreno que pisa y eso se nota.
Porque al final lo que diferencia esta película de otras similares es la
autenticidad que respira en cada uno de sus fotogramas. Y en tiempos
donde el cine tiende a transformarse en pura pirotecnia, películas como
esta se agradecen, y mucho.
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