La tercera parte de la trilogía se desarrolla en Grecia. Nueve años
después de su segundo encuentro romántico, el destino vuelve a unir las
vidas de Celine y Jesse.
MI OPI: La tercera parte sigue el mismo camino, un plano fijo y largas
conversaciones. Y en estas conversaciones es dónde notamos que el tiempo
ha pasado. Ya no son dos jóvenes de 23 años locamente enamorados o dos
treintañeros que recuerdan tiempos pasados, ahora son una pareja con
hijos que cuidar y que no disponen de tiempo para ellos solos. A los que no les guste este cine acabarán cansados de los diálogos, pero
la verdad es que cada uno de ellos tiene mucho sentido. Sirva como
ejemplo la magnífica conversación que mantienen las 3 parejas y el
anciano en la comida. Son 3 generaciones que hablan sobre el amor, el
sexo, el futuro de la humanidad, la vida y la muerte con diferentes
puntos de vista. Todas las historias que cuentan inducen a la reflexión.
Grecia, la tierra de los filósofos y los pensadores, era el mejor lugar
para hacerlo. Es la evolución de una pareja, son dos personas que se conocieron hace
18 años y que llevan viviendo 9 años juntos. No todo iba a ser de color
de rosa, los años desgastan una relación y era el momento idóneo de
mostrar la otra cara del amor. Después asistimos al final de la
película, el final que debía tener esta historia. Porque todas las
parejas deben terminar así. Una película más íntima, más agridulce y más honesta que las anteriores.
Con algo menos de magia o encanto (como cualquier pareja 18 años
después) pero igual de profunda e inteligente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario