Richard Harland (Cornel Wilde), un joven escritor, conoce en un tren a
Ellen (Gene Tierney), una bellísima mujer con la que se casa pocos días
después. La vida parece sonreírles, pero Ellen es tan posesiva y sus
celos son tan enfermizos que no está dispuesta a compartir a Richard con
nadie; tanto amigos como familiares representan para ella una amenaza
de la que intentará librarse.
MI OPI: Por lo visto la película parte de un best-seller, cuestión clave para
entender que bajo mi punto de vista hayan piezas que no encajan del
todo, bruscos vacíos, cambios de paisaje sin explicación y situaciones
que implican sobreentender cosas que no son detalladas. Partir de las
letras al cine siempre es complicado y aquí, centrado el tema en la
paranoia de una mujer, lamentablemente no se da el desarrollo
psicológico que la ocasión merecía. Luego está el tema de la cara de
cartón de Cornel Wilde, con actitudes y aptitudes (para el amor)
absolutamente inexplicables. Para mi gusto la película de John M. Stahl está muy sobrevalorada. La idea, genial; la práctica, fatal.
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