“Take This Waltz” (título de una canción de Leonard Cohen) es la
historia de una mujer joven implicada en un triángulo amoroso con dos
hombres. Margot conoce a Daniel y la
atracción entre ambos es intensa e inmediata. Al principio, Margot
rechaza la situación por el bien de su matrimonio con Lou,
un reconocido autor de libros de cocina, pero después se deja arrastrar
por el deseo y cae en la tentación. Esta relación la lleva a plantearse
qué es lo que quiere en una relación amorosa y quién es ella en
realidad.
MI OPI :Muchas son las virtudes de esta película sobre personas comunes, con
vidas comunes y problemas comunes. Y quizás la más grande de ellas es
ese factor, lo cercano que consigue la autora que se sienta cada
situación, cada personaje. La empatía del espectador con cuanto le es
contado en pantalla se logra sin grandes artificios y desde poco más
adelante del comienzo del film. El guión realizado por Sarah Polley nos
acerca a la intimidad de una manera raramente utilizada en este tipo de
película, a través de los detalles de la complicidad entre parejas, a
través de las hebras que hilan el miedo a la pérdida, el miedo al
fracaso, el pavor a estar desperdiciando la propia vida… En esta
película no encontramos, en la pareja protagonista, grandes y dramáticos
hechos que hagan temblar su felicidad, melodramáticos acontecimientos
que zarandeen sus vidas, sino que nos habla de las pequeñas grietas,
propias o compartidas, que pueden llevar a derrumbarse cualquier
relación asumida como perfecta. Take this waltz contiene una historia que funciona perfectamente en
su aspecto más superficial y lúdico, pero que consigue tocar la fribra
con un trasfondo que en ocasiones resulta más profundo. Las dudas de
Margot entre el cariño y el respeto hacia la rutina que representa su
marido, y la pasión y la inseguridad que le ofrece su vecino son
perfectamente creibles. Escenas como aquella en la que Margot reprocha a
su marido lo harta que está de intentar seducirle sin obtener respuesta
por parte de él, sirven para valorar la historia más allá de su
brillante superficie. Por otra parte sí que es cierto que la relación del matrimonio está
descrita de forma a veces estomagante, con situaciones que rozan la
cursileria más cansina. En cambio cuando Margot y su vecino están juntos
las escenas rebosan encanto en la mayoría de los casos.
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