Una joven y tres hombres armados coinciden en una casa. Elena espera a
su camello, David y Sancho son policías, y
Víctor es un adolescente obsesionado con Elena. Entre
ellos estalla una violenta discusión. Cuando se vuelvan a ver dos años
más tarde ya nada será igual.
MI OPI: No quisiera pasarme con el pobre chaval (aunque pobre, lo que se dice
pobre, que le quiten lo bailao), pero Liberto Rabal jode la película de
principio a fin. Lo
cierto es que la historia es de esas de Almódovar que te enganchan, con
mucho cabrón, mucha mala puta, mucho adulterio y mucha mala baba, es
decir, muy mucho como la vida misma que otros cineastas nos quieren
edulcorar, pero es que este chico, cada vez que sale, lo convierte todo
en un despropósito. Los demás cumplen, y con creces, en especial ese
José Sancho desgarrado y esa Ángela Molina harta de sus chulerías. ¿Pero
cómo una mujeraza como la Neri puede enamorarse de un media hostia como
el Rabal? Por ahí es donde la peli hace aguas, como Penélope en el
autobús urbano.
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