La historia transcurre en el verano de 1880, durante la noche de San
Juan. En una mansión irlandesa, la joven aristócrata Miss Julie y un criado de su padre. En un ambiente
festivo del que han desaparecido las barreras sociales, Julia y John
bailan, beben, se seducen y manipulan. Ella, llena de altivez, desea
rebajarse; él es educado, pero zafio. A los dos les une un deseo y una
repulsión mutua. Seductores y tiernos, o brutales y salvajes, sus
momentos íntimos les empujan a hacer planes desesperados y a soñar con
una vida juntos. Sin saber si la mañana traerá esperanza o desesperanza.
MI OPI: El lenguaje teatral, de indudable y enriquecedor interés literario puede
en algunos momentos resultar barroco, recargado y excesivo, el sopor de algunas de sus escenas y la falta de interés en muchas otras convierten a esta en una película cargante. Ni que decir tiene que los que se aprovechan del enfoque teatral son los
actores, que disfrutan con unos papeles rebosantes de matices y con
unas personalidades tan profundas que invitan a la
introspección. La película es prácticamente un mano a mano entre ambos.
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