Polonia, 1960. Anna, una novicia huérfana que está
a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una
hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre
superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía,
una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su
verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico
destino de su familia se remonta a la terrible época de la ocupación
nazi.
MI OPI: No le he encontrado gracia, no me ha conmovido en ningún momento, no me
he sentido identificado con los personajes. Y cuando los personajes me
son ajenos, por muy buena interpretación de los actores, no hay nada que
hacer. Algunas imágenes sobrias, melancólicas, bellas pueden gustar,
pero demasiadas sin que la historia atrape pueden aburrir. Excelente fotografía en blanco y negro y magnífica ambientación para
esta historia sosa, lenta y aburrida, desarrollada en la Polonia de los
60.
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