Sahel, un poeta kurdo-iraní es liberado tras pasar treinta
años en prisión y trata de reunirse con su esposa que
lo cree muerto.
MI OPI: Película triste, muy poética y con poco diálogo. El propio director,
exiliado de Irán, manifiesta : "He hecho esta película para no morirme",
y se nota un ambiente de decaimiento y desánimo en toda la cinta, como
si a los personajes les costara moverse. Todo tiene un aire irreal, como de ensoñación. El simbolismo animal está presente en toda la película (tortugas,
caballos y, por supuesto rinocerontes), y también la lluvia, el agua y
la nieve. Una lástima que todo ese lirismo se va a ir perdiendo cuando se
plantean situaciones inverosímiles entre los personajes. Situaciones
que, acaban rompiendo esa burbuja de magia que contiene a casi toda la
película.
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