Segunda parte de la trilogía de Seidl sobre el "Amor", la "Fe" y la
"Esperanza". Si "Liebe" se centraba en el sexo, en este caso el relato
se centra en la religión y cuenta la historia de Annamaria, una técnico
de hospital muy devota que se hace misionera.
MI OPI: Una mujer de rodillas frente a un crucifijo, con el torso completamente
desnudo, con una mano sostiene un rosario, y con la otra mano se flagela
hasta dejarse la espalda roja, entonces da gracias a Jesús y se viste.
Con este ejemplo de autocastigo con motivo de la religión mal entendida,
es como empieza el flim. Justo después descubrimos que trabaja de
auxiliar en un hospital, pero no se siente cómoda en el trabajo, donde
se comporta con bastante frialdad. Anna María solo es feliz con la
religión, a la que dedica prácticamente todo su tiempo libre, ya sea
rezando, auto flagelándose, cantando canciones religiosas, o predicando
de casa en casa, intentando que los habitantes de las mismas cambien de
forma de vida y abracen ciegamente, como hace ella, todas las leyes de
Dios (el católico). Para ella, su mayor satisfacción es ayudar
espiritualmente a los demás, incluso aunque ellos no quieran.
Satisfacción que no encuentra en su trabajo, ayudando a los demás con
dolencias físicas. Pero algo rompe de golpe la paz de su hogar: la
llegada de un musulmán parapléjico, que en un principio no sabemos quien
es, pero a medida que avanza la historia comprobamos que es alguien
fundamental de la vida de Anna María. Según avanza la trama desde este
punto, podemos ver como la convivencia entre estas dos es cada vez más
difícil, al tiempo que se nos va revelando el pasado común de ambos, y
los motivos del fanatismo religioso de Anna María.
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