Ana es una mujer de 28 años que se siente útil y satisfecha en su
trabajo rutinario ayudando a otros. Sin embargo, fuera de su jornada
laboral, Ana tiene serios problemas para relacionarse, pues es
socialmente torpe, incluso agresiva, con las personas más cercanas y
queridas.
MI OPI: El punto fuerte de la película es la espectacular interpretación de
Marián Álvarez en el papel de una mujer con trastorno límite de la
personalidad. Una enfermedad psiquiátrica caracterizada por
inestabilidad emocional con confusión en la imagen de uno mismo, que
conduce a una grave dificultad para las relaciones interpersonales. El
guion y la actuación de Álvarez son correctísimos y realistas a la hora
de plasmar esta enfermedad en pantalla. Una película sencilla y áspera, todo se centra en el proceso interno
y el cuadro psicológico de su protagonista. No hay razones ni
culpables. No hay grandes conclusiones ni análisis clínicos sobre su
estado. Pero Ana, en este caso, vive en el abismo, y hacia ese abismo se
precipita sola. La Herida acosa el rostro de su protagonista, la sigue,
la espía, no hay un sólo momento en el que la cámara no se centre en
esa herida invisible, en esa mujer cuya mente no encuentra un remanso,
cuya rutina consiste en la desesperación, en el miedo, en la ira, en la
ansiedad.
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