Al ganar un viaje para dos personas a un paradisíaco lugar, Marina
descubre que no tiene con quién compartir su premio, por lo que decide
invitar a un completo desconocido a viajar con ella. Juntos descubrirán
que, para enamorarse, no importan los escenarios idílicos ni las
situaciones ideales; si no existe la compatibilidad necesaria para amar,
no habrá forma de mirarse a los ojos con amor...
MI OPI: Buen drama romántico con disimuladas chispas de comedia que aporta
originalidad y frescura al género gracias a la perspectiva de sus dos
protagonistas, una pareja completamente aislada de una vida social
activa, sin amigos o simples compañeros con los que poder salir a tomar
algo o disfrutar de unos minutos de compañía. Gran parte de la película, especialmente su primera media hora, resulta
un soplo de paz sobre el espectador, convirtiendo el silencio en la
parte más fuerte de su guión y dejando en las miradas de los
protagonistas y el ruido cotidiano (una máquina de café, una
fotocopiadora, el murmullo urbano o el simple aleteo del viento) las
formas expresivas más importantes del argumento. Y eso que el guión, no
tiene desperdicio y se permite la autonomía suficiente como para invitar
a la reflexión. El mensaje de esta cinta resulta poderoso y es un canto
a la soledad más auténtica, pues no abarca sólo la sensación que ésta
puede producir en alguien, sino que retrata con autenticidad las vidas
de dos personas que comparten entre sí su destierro social y que se
cruzan entre sí por casualidad, sabiendo ambos que lo único que tienen
en la vida es, paradójicamente, el uno al otro. Sus interpretaciones, además, son estupendas. Cecilia Suárez y muy
especialmente Enrique Arreola dan un recital de emociones visuales, con
la tristeza y la marginación incrustada en sus rostros . Ambos
conseguirán dar vida a una pareja inolvidable que, a pesar de la empatía
que puede producir, patina en ocasiones por algunos descuidos de una
dirección que a veces parece pretenciosa, creando situaciones demasiado
obligadas, metidas hasta con cucharilla, predecibles o simplemente, sin
la fuerza necesaria para el momento. Un hecho que a pesar de descafeinar
las sensaciones que transmite la película, ni merma el interés por
verla, ni consigue que el espectador no acabe con un agradable sabor de
boca después de haberla visto. Las ventajas y todo lo bueno que tiene
esta película supera con creces a todos sus defectos.
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