Esperando poder librarse de una acusación de difamación, el periodista
Mikael Blomkvist se traslada a una remota isla del norte de Suecia,
donde la muerte no esclarecida de una joven atormenta aún a su tío
cuarenta años después. Sospechando que el asesino puede seguir aún en la
isla, Blomkvist emprende una investigación que lo lleva a descubrir los
secretos y mentiras de una poderosa y rica familia. Cuenta para ello
con una extravagante aliada, la hacker punki Lisbeth Salander.
MI OPI: Parece inevitable remitirse a la cinta sueca con el mismo nombre a la hora de hablar de la última película de David Fincher pero bajo mi punto de vista esta es mejor... Rooney Mara, que merece un capítulo aparte, la transformación de Mara en Lisbeth Salander es perfecta. La capacidad
que tiene de hacer evolucionar al personaje es asombrosa, hasta el
punto de hacernos entenderla por completo. Por otro lado, Daniel Craig
está correcto en su interpretación de Mikael Blomkvist. Mientras que la versión sueca de la primera parte de la trilogía de
Stieg Larsson, dirigida por Niels Arden, narra los hechos acontecidos en
la novela sin más pretensión que esa, Fincher nos sumerge en un relato
más oscuro e hipnótico. De todos modos, no nos equivoquemos: la historia
es exactamente la misma.
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