En un pequeño pueblo de Maine, estalla de repente una violenta tormenta
que termina tan bruscamente como comenzó. Entonces surge una espesa
niebla que va entrando en casas y supermercados, atrapando y matando a
todos los que se ven envueltos por la oscuridad.
MI OPI: El film es mas que una película de mounstros, es casi un cuidadoso
examen de la naturaleza humana, en como los sujetos reaccionan ante un
miedo que los desborda. La metáfora es clara, son mas peligrosos los
mounstros humanos sumidos en la desesperación que las mismas bestias que
pululan en la niebla. El ser humano es cobarde, insolidario, fanático, incrédulo y
desesperanzado. Los monstruos somos nosotros, no las bestias que acechan
en la impenetrable niebla. Logra atrapar a la audiencia porque es mas efectivo mantener a los
mounstros de la otra dimensión como un peligro latente que estar
mostrándolos todo el tiempo. El miedo y la angustia que padecen los
protagonistas es similar al que podríamos sentir nosotros si
estuviéramos en una situación semejante y se conecta con el
espectador a niveles emocionales distintos y mas profundos y apela a
conmover con la ansiedad, con sobrias actuaciones y con un guión sólido
en lugar de apelar al golpe bajo y predecible. Y eso nos lleva al demoledor final -marcado por la doliente voz de Lisa
Gerrard- que se distancia de forzados happy endings hollywoodienses al
uso, aportando una resonancia que puede durar días en la mente de los
espectadores. Es un final que se odia o se ama. Es un final que
polariza. Es un final que colocará esta película dentro de unos años en
uno de los puestos de honor entre las adaptaciones de King al cine.
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