Han pasado ya veinte años desde que Harry y Lloyd se conocieran y
formaran el divertido dúo que nos hizo reír con sus disparatadas
ocurrencias, pero ninguno de los dos parece haber madurado. Harry tiene
una hija a la que apenas conoce, y necesitando un trasplante de riñón,
intenta localizarla para pedirle que le done uno de los suyos.
MI OPI: Me divertí tanto con la primera en mi infancia que me sedujo ir a ver el
reencuentro. Esta es una versión con recursos menos elaborados que la
primera, y un Jim Carrey con un papel mucho más limitado, insuficiente
para explotar la expresión corporal y facial en la que es soberbio. El
guión está menos trabajado (mucho menos) que la primera de la saga. El
doblaje de Carrey tampoco ayuda para mi gusto. Tiene no obstante 3 o 4
momentos que te sacarán alguna carcajada que hará que merezca la pena.
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