Lee Chandler es un solitario encargado de mantenimiento
de edificios de Boston que se ve obligado a regresar a su pequeño pueblo
natal tras enterarse de que su hermano Joe ha fallecido. Allí se
encuentra con su sobrino de 16 años, del que tendrá que hacerse cargo.
De pronto, Lee se verá obligado a enfrentarse a un pasado trágico que le
llevó a separarse de su esposa Randi y de la
comunidad en la que nació y creció.
MI OPI: La historia se narra alternando escenas del presente con recuerdos del
pasado que el protagonista evoca al enterarse de la ya esperada muerte
de un familiar, sacando del baúl su triste pasado dándonos a conocer
paulatinamente detalles sobre su vida y los que lo rodean, incluyendo a
su sobrino que con su ímpetu y rebeldía adolescente lo confronta y lo
orilla a la reflexión sobre sí mismo. Casey Affleck brinda una actuación de mucha credibilidad, al interpretar
un personaje melancólico y despojado de esperanza, que pareciera haber
perdido las ganas incluso de llorar. Un papel muy atinadamente asignado a
un actor que no brilla demasiado en su intensidad sino en los pequeños
matices y en su capacidad de transmitir con el silencio y la contención
de emociones. Algo muy positivo es el final, que es totalmente fiel al tono y el
sentido del drama, al dejar buen sabor y ser igualmente triste, pero
sobre todo al ser un final lógico, sin catarsis cliché ni arcos
forzados, dejando –después de un drama que no impresiona–, un toque de
realismo que dimensiona el trabajo de Kenneth Lonergan no como un
acartonado panfleto esperanzador, sino como un intento de comprensión.
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