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miércoles, 15 de octubre de 2014

UNA VIDA SENCILLA

Chun Tao-Chung ha trabajado como sirvienta para la familia Leung durante sesenta años. Ahora cuida de Roger, el único miembro de la familia Leung que aún vive en Hong Kong. Un día, al volver del trabajo, Roger descubre que Tao ha sufrido un derrame cerebral y la lleva al hospital. Cuando ella le dice que quiere dejar su trabajo y marcharse a una residencia, él le encuentra una habitación en un centro dirigido por un viejo amigo. A fuerza de dedicarle tiempo y atención a las necesidades y antojos de Tao, Roger descubre cuánto significa para él la vieja criada.

MI OPI: Destaca por encima de todo las actuaciones, sobre todo la de Deanie Ip, magistral, soberbia y cautivadora consiguiendo atrapar incluso al espectador más agnóstico, y es que el conjunto de sus expresiones, junto a esa sonrisa tan alegre e infantil, a más de uno le recuerda a sus propios abuelos. Andy Lau es el otro protagonista, pero es eclipsado, pero aún así está a la altura de su papel, aunque hay momentos que parece Hoffman en Rain Man. Ann Hui, con una historia basada en hechos reales, y con una dirección y un desarrollo simple, lineal e inocente, sin grandes alardes, ostentaciones ni giros, consigue lo que quiere, que es gustar en un primer lugar, y en segundo mandar ese mensaje de auxilio a muchos de los ancianos de hoy en día quedan atrapados por la soledad de la sociedad.

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