Chun Tao-Chung ha trabajado como sirvienta para la familia Leung durante
sesenta años. Ahora cuida de Roger, el único miembro de la familia
Leung que aún vive en Hong Kong. Un día, al volver del trabajo, Roger
descubre que Tao ha sufrido un derrame cerebral y la lleva al hospital.
Cuando ella le dice que quiere dejar su trabajo y marcharse a una
residencia, él le encuentra una habitación en un centro dirigido por un
viejo amigo. A fuerza de dedicarle tiempo y atención a las necesidades y
antojos de Tao, Roger descubre cuánto significa para él la vieja
criada.
MI OPI: Destaca por encima de todo las actuaciones, sobre todo la de Deanie Ip,
magistral, soberbia y cautivadora consiguiendo atrapar incluso al
espectador más agnóstico, y es que el conjunto de sus expresiones, junto
a esa sonrisa tan alegre e infantil, a más de uno le recuerda a sus
propios abuelos. Andy Lau es el otro protagonista, pero es eclipsado,
pero aún así está a la altura de su papel, aunque hay momentos que
parece Hoffman en Rain Man. Ann Hui, con una historia basada en hechos reales, y con una dirección y
un desarrollo simple, lineal e inocente, sin grandes alardes,
ostentaciones ni giros, consigue lo que quiere, que es gustar en un
primer lugar, y en segundo mandar ese mensaje de auxilio a muchos de los
ancianos de hoy en día quedan atrapados por la soledad de la sociedad.
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