La muerte del patriarca congrega por primera vez en muchos años al clan
de los Foxman. El luto de Judd es doble: además de su padre tambien ha
muerto su matrimonio. Es de dominio público que Jen, su mujer, tiene un
romance con su jefe. Siguiendo la tradición judía, los Foxman deberán
permanecer en la casa familiar siete días y siete noches. El conflicto
surge al salir a la luz viejas pasiones y rencores del pasado, ocultos
durante años. Cuando parece que la situación va a estallar, llega Jen
para comunicar una importante noticia: está embarazada.
MI OPI: Jason Bateman es posiblemente uno de los actores cómicos que mejor labor
están llevando a cabo en el cine comercial estadounidense, encasillado
en el rol de persona normal sobrepasada por las circunstancias (que
tanta empatía genera en el espectador). Está acompañado esta vez por una
coral solvente en estas lides: Tina Fey, Adam Driver, Rose Byrne, Corey
Stoll y sobre todo la veteranísima (y recauchatada) Jane Fonda en un
personaje en el que se autoparodia. Los nombrados (y el resto de
intérpretes) cumplen con creces las expectativas, con la cantidad justa
de comicidad y almibarada ternura que puede esperarse en este tipo de
películas. A pesar de este capital humano en pantalla, Ahí os quedáis no pasará a
la historia ni por originalidad ni por resultados. La historia, cien
veces contada, de una reunión familiar provocada por un funeral que
reaviva los sentimientos de padres, hijos, hermanos y cónyuges provoca
en esta cinta algunas risas, emoción barata y gags sobre tetas.
Facilona, superficial y bastante más vacua de lo que el primer acto
prometía, se salva por algunos tramos realmente divertidos y un tono
amable que, al menos, produce un efecto general de bienestar.
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