La historia sigue a un matrimonio que está tratando de superar la muerte de su hijo de cuatro años, fallecido en un accidente automovilístico. Adaptación a la gran pantalla de la novela 'Abaire', de David Lindsay, ganadora del Premio Pulitzer en categoría de drama.
MI OPI: Si algo tiene Rabbit hole que se deba destacar por encima de lo demás, son sus intérpretes principales. Tanto Nicole Kidman como Aaron Eckhart realizan unas actuaciones magníficas. De hecho, en todo momento, he tenido la sensación más de estar viendo a dos personas sufriendo un dolor interno que a dos actores haciéndonos creer que sentían. Además, el director ha plasmado en cada fotograma una sensibilidad supina, dificil de superar. Intenta evitar en todo momento mostrarte o dejarte claros los sentimientos de los personajes principales, y en lugar de eso prefiere hacerte intuir qué es lo que les pasa. Desde un principio te deja claro que alguna especie de drama han vivido sus personajes, una desgracia que no han conseguido superar. De ahí en adelante deja de ser directo para dejar al espectador que llegue a sus propias conclusiones. Eso, en una dirección, es de agradecer. Por último, y por no centrarme nada más que en dos o tres aspectos de la película, me pareció también remarcable la actuación de Dianne Wiest, una actriz que nos tiene acostumbrados a papeles modestos, pero con una gran calidad y carga emocional, y aquí no es para menos.
MI OPI: Si algo tiene Rabbit hole que se deba destacar por encima de lo demás, son sus intérpretes principales. Tanto Nicole Kidman como Aaron Eckhart realizan unas actuaciones magníficas. De hecho, en todo momento, he tenido la sensación más de estar viendo a dos personas sufriendo un dolor interno que a dos actores haciéndonos creer que sentían. Además, el director ha plasmado en cada fotograma una sensibilidad supina, dificil de superar. Intenta evitar en todo momento mostrarte o dejarte claros los sentimientos de los personajes principales, y en lugar de eso prefiere hacerte intuir qué es lo que les pasa. Desde un principio te deja claro que alguna especie de drama han vivido sus personajes, una desgracia que no han conseguido superar. De ahí en adelante deja de ser directo para dejar al espectador que llegue a sus propias conclusiones. Eso, en una dirección, es de agradecer. Por último, y por no centrarme nada más que en dos o tres aspectos de la película, me pareció también remarcable la actuación de Dianne Wiest, una actriz que nos tiene acostumbrados a papeles modestos, pero con una gran calidad y carga emocional, y aquí no es para menos.
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